VIENE MICHELE MOUTON

VIENE MICHELE MOUTON

Una visita estelar tendrá nuestro país a comienzos de la próxima semana. La excepcional ex-piloto Michele Mouton acudirá al Rally del Atlántico con la finalidad de observar organización, seguridad e infraestructura de la mejor competencia de rally del certamen Codasur (Sudamericano).

Desde hace unos años, la francesa ocupa un rol clave en representación de la Federación Internacional del Automóvil (FIA): corregir, mejorar y velar por la seguridad de las competencias de rally.

Para quienes vamos todos los años a la fecha del Mundial de Rally en Córdoba, Argentina y vemos su trabajo, sin dudas que su presencia en el Atlántico del Club Uruguayo de Rally será de enorme valor pues desde todo punto de vista, la francesa agregará valor a la carrera más importante del calendario uruguayo y Codasur.

Les dejamos a continuación, para quienes no tuvieron el gusto de conocer sus hazañas, una breve semblanza de su historia deportiva.

M. ROSA

MICHELE MOUTON

Apasionada por el esquí y la danza y con una capacidad atlética natural evidente desde una edad muy temprana, Michèle Mouton pudo haber sido bailarina, gimnasta, o una gran esquiadora. Pero en su lugar, la muchacha de Grasse, Francia, creció para convertirse en uno de los iconos del Campeonato Mundial de Rallyes en la década de los 80, marcando el comienzo de la era de los temibles coches del Grupo B y estableciendo nuevos hitos para las mujeres en el mundo del automovilismo.

Nacida en junio de 1951, nada en sus primeros años indicaba que su destino sería una carrera en los deportes de motor . Sus padres cultivaban rosas y jazmines, y el coche familiar era un poco deportivo Citroën 2CV. A la edad de 14 años, sin embargo, Mouton se encargó de aprender a conducir, y pronto comenzó a pedirle prestado el Citroen a su padre para hacer viajes alrededor de la propiedad de la familia. Aunque esas eran vueltas más bien poco cronometradas, quizás fueron suficientes para desencadenar una pasión por conducir que posteriormente daría forma a su carrera.
En 1972, mientras Mouton estaba estudiando derecho en la universidad, Jean Taibi le pidió que le ayudara a prepararse para el rally del Tour de Corse de 1972. A pesar de su inexperiencia, Mouton no perdió tiempo en aprender lo esencial de la navegación rally, y cuando Taibi la invitó a participar como copiloto en el Rally de Monte Carlo de 1973, ella aceptó. Aunque el equipo no pudo completar el rally debido a dificultades mecánicas con su Peugeot 304, Mouton se demostró a sí misma ser un navegante capaz y valiente, y Taibi le pidió que fuera su compañera de equipo en otras varias carreras durante la temporada del WRC de 1973.

El padre de Mouton comenzó a preocuparse por los riesgos asociados a la nueva pasión de su hija por el automovilismo, y razonó que ella estaría más segura como conductora que como navegante. La pareja llegó a un acuerdo: el padre de Mouton le compraría un Alpine-Renault A110 de 1600cc, y ella tendría un año para demostrar su capacidad, o se dedicaría a actividades más sensatas. Aceptado el reto, Mouton comenzó a correr en carreras locales y demostró rápidamente que era tan rápida como los que tenían más experiencia. Al concluir su “año de prueba”, Mouton había completado su primer rally internacional en el Tour de Corse, y había ganado tanto el Campeonato Francés para Damas como el Campeonato Francés Clase GT. La vuelta a sus estudios ya no fue más algo a considerar.

Inspirada por el éxito en su año como novata, Mouton mejoró su Alpine-Renault A110 con un motor más grande de 1800 cc en 1975, lo que la ayudó a conseguir su victoria de la primera clase en el Tour de Corse (y una posición general final en el séptimo lugar). Participó también en las 24 Horas de Le Mans con dos féminas, Mariane Hoepfner y Christine Dacremont, conduciendo hasta la victoria de clase dos litros su Moynet JRD-LM75, demostrando que su capacidad para correr un coche iba más allá del ámbito de las etapas de rally.

Mientras la década del 70 llegaba a su fin, Mouton demostraba su talento tras el volante de una variedad de coches, incluyendo el implacable Lancia Stratos HF, de corta distancia entre ejes. En 1977, Fiat France la contrató como conductora para su equipo de trabajo, y a pesar del hecho de que a ella no le gustaba el Fiat 131 Abarth, aún así se mostró hábil para obtener resultados positivos.
Quizás fue esa consistencia la que llevó a Audi a reclutarla al final de la temporada de 1980, aunque el valor de la novedad de contratar a una mujer piloto (aunque una que era muy rápida) para representar su nuevo esfuerzo en el WRC, contribuyó realmente a la contratación de Mouton. Formando equipo con la navegante Fabrizia Pons (también conductora de rallys y de carreras de motocross), Mouton debutaría el nuevo Audi Quattro con tracción en las cuatro ruedas en la temporada de 1981 del WRC, mientras que su compañero de equipo, Hannu Mikkola conduciría el segundo coche de Audi.
En la inauguración de la temporada de 1981 del Rally de Monte Carlo, Mouton fue rápida, pero aún había camino para recorrer. Un camino que la llevaría en el Rally de Sanremo, Italia, el décimo evento de la temporada, a conducir hasta la victoria general del rally, siendo la primera tanto para el equipo Audi como para una mujer en el Mundial de Rallyes. También fue la primera victoria para un coche con tracción en las cuatro ruedas en una prueba del WRC, pero en unos pocos años esta se convertiría en la plataforma predominante.

En 1983 Mouton se mantuvo en Audi para el inicio de la era del Grupo B, la cual contaba con coches que producían 600 (o más) CV, chasis deportivos con estructura tubular, y tracción en las cuatro ruedas. Aunque Mouton lo dio todo, su temporada estuvo plagada de choques y carente de logros; su compañero de equipo, Hannu Mikkola, seguiría hasta conquistar el campeonato, mientras Mouton terminaría en un decepcionante quinto lugar. Peor aún, el nuevo conductor de Audi, Stig Blomqvist, terminaría cuarto, 36 puntos por delante de Mouton.

Mouton continuaría en equipo Audi en 1984 y 1985, pero ambos esfuerzos serían solo por temporadas parciales, y en 1985 Mouton se enfocó en ganar el Pikes Peak International Hillclimb. Su primera participación en la subida de montaña más emblemática en 1984 se cerró con un segundo lugar, por lo que Mouton decidió volver y en 1985 obtuvo la victoria en la montaña con un tiempo récord de 11:25:38, a pesar de encontrarse con una tormenta de granizo en su camino. La idea de una mujer francesa conduciendo un coche alemán obteniendo la victoria en Pikes Peak no cayó bien a algunos, provocando al parecer que una Mouton irritada retara al ídolo local Bobby Unser a “corre conmigo también hacia abajo”.
Mouton conduciría para Peugeot en 1986, pero solo durante dos rounds del campeonato mundial. Cuando Henri Toivonen y su copiloto Sergio Cresta murieron en el accidente de su Lancia Delta S4, la dirección del WRC no tuvo más opción que intervenir, prohibiendo los coches del Grupo B para la temporada de 1987. La era terminó y, con ello, Mouton salió de los rallys para enfocarse en una vida fuera del automovilismo.
Aunque su carrera como piloto profesional terminó, Mouton fue cofundadora de la International Race of Champions (junto a Fredrik Johnsson) en 1988, en memoria de su difunto amigo Henri Toivonen. Desde entonces, ha regresado de forma ocasional a los rallys, a veces como piloto y otras como conductora de apoyo. En 2010 Mouton se convirtió en la primera presidente de la Women & Motor Sport Commission de la FIA, y en 2011 fue designada para dirigir la participación de la FIA en el WRC.

Desde el comienzo de su carrera Mouton tuvo claro que ella no quería ser vista como “la mujer piloto más rápida”, solo como “el piloto más rápido”. Toda una declaración de intenciones de una mujer que hizo historia en el automovilismo.